EE.UU. dona helicópteros Black Hawk a Perú para combatir el narcotráfico
La transferencia de Black Hawk forma parte de un acuerdo bilateral firmado en 2024 entre Lima y Washington
La Policía Nacional del Perú (PNP) recibió tres helicópteros UH-60A+ Black Hawk donados por el gobierno de los Estados Unidos, como parte de un paquete de asistencia bilateral destinado a reforzar las capacidades aéreas peruanas en la lucha contra el narcotráfico. Las aeronaves, trasladadas al país a bordo de un C-17A, fueron entregadas oficialmente en la Unidad Descentralizada de Aviación Policial, ubicada en la región de Ucayali.
Con esta entrega, la flota de helicópteros Black Hawk en servicio con la PNP asciende a seis unidades, de un total de nueve previstas en el marco de un acuerdo de cooperación firmado entre Lima y Washington en agosto de 2024. La llegada de las aeronaves fue confirmada por el comandante general de la PNP, general Víctor José Zanabria Angulo, quien destacó el impacto de esta adquisición en las operaciones policiales y de apoyo humanitario, particularmente en zonas de difícil donde se concentra la actividad del narcotráfico.
El acuerdo, valorado en aproximadamente 65 millones de dólares, contempla la entrega escalonada de las nueve aeronaves a lo largo de cinco años. Incluye además el suministro de equipo de apoyo terrestre, repuestos, herramientas y un sistema de información para la gestión operativa. Asimismo, el compromiso estadounidense abarca la capacitación integral de pilotos, tripulantes y técnicos peruanos, junto con asesoría técnica continua en mantenimiento.
Los Black Hawk transferidos corresponden a la variante UH-60A modernizada al estándar “A+”, lo que les confiere capacidades operativas superiores frente a las plataformas actualmente disponibles en la flota policial. Su versatilidad, autonomía y capacidad de carga los hacen aptos para misiones de interdicción aérea, transporte de personal, evacuación médica y operaciones especiales en entornos selváticos.

La transferencia se enmarca en el fortalecimiento de la cooperación bilateral entre Perú y Estados Unidos en materia de seguridad, una relación que comenzó formalmente en 1989 a través de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL) del Departamento de Estado. Actualmente, esta oficina invierte cerca de 40 millones de dólares anuales en programas de apoyo a la lucha peruana contra el narcotráfico y el crimen transnacional.
El gobierno peruano ha asignado personal permanente —pilotos, técnicos de mantenimiento y istrativos— a la base aérea de Pucallpa, desde donde se despliegan las aeronaves. El objetivo es garantizar la operatividad sostenida de los Black Hawk y asegurar su integración plena en las misiones de interdicción y control territorial en las regiones con mayor presencia del narcotráfico.
Con la incorporación de estos helicópteros, Perú refuerza su flota de ala rotatoria con una plataforma probada en combate, que ha sido ampliamente utilizada por las fuerzas armadas y de seguridad de Estados Unidos y otros aliados en diversos escenarios. Su llegada supone un salto cualitativo en las capacidades de movilidad aérea, vigilancia y respuesta rápida de la Policía Nacional en una de las regiones más críticas del país en materia de seguridad.
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